lunes, 2 de julio de 2018

POEMARIO: PIEL MORENA (A Zoila) - 2021

Piel Morena (A Zoila)
Este Poemario se terminó de escribir en el 2018 y publicado en diciembre de 2021.

PIEL MORENA

(A Zoila)

"No es fácil despertar septiembres
sí ausente tu mirada está"

 

  PROLOGO

 

Mientras la luz del amor ilumine este mundo, la felicidad estará presente para quienes lo perciben en cada momento de su existencia y son los enamorados los que gozan de un sólido y firme objetivo en la vida y quien mejor que los eternos enamorados, a quienes la sociedad los conoce como poetas; quienes haciendo gala de sus mejores recursos artísticos, crean sus más bellas y mejores composiciones, construyendo así exóticas arquitecturas  literarias, que a la luz del día son llamadas versos o simplemente poesía, las que vienen a ser líneas de texto que expresan sentimientos nacidos en lo más recóndito del alma, para decorar con palabras los más insospechados ambientes donde acurrucar y complacer al ser querido, que fácil se podría comparar con el más bello cortejo nupcial.

No se sabe que tan antigua es la poesía, quizás nació con la aparición del hombre sobre la faz de la tierra, pero, desde que la historia lo registra fue esta expresión la que engalanaba los más bellos discursos, y ha perdurado a través del tiempo, llegando hasta nuestros días como la más bella expresión de los sentimientos y de una forma muy especial de eso que llamamos amor.

Si alguien se atrevió a mencionar que en pleno siglo XXI ya no existen los poetas, se equivocaron groseramente, porque pese al avance de la tecnología y al recrudecimiento de una realidad cada vez más dura y despiadada, aún quedan estos extraños personajes, arquitectos de los versos, poetas como Percy Rojas Palomino, quien hoy nos sorprende nuevamente con un ramillete de poemas muy bien trabajados, al cual titula “Piel Morena”, y consta de once poemas relacionados, en los cuales cronológicamente narran suceso a suceso la historia de un consumado idilio  y otros tantos escritos en forma libre, todas estas composiciones nos expresan la felicidad y el desencanto que nos produce estar enamorados.

Percy Rojas, Ingeniero Ambiental de profesión, ha incursionado en diferentes actividades humanas dejando una estela de muy buenas recomendaciones, así podemos mencionar en el campo de la medicina, comunicador social, locutor de radio, promotor cultural, entre otras tantas, siendo la poesía una de sus pasiones y que en este volumen nos demuestra la calidad y grandeza de su talento.

Tal cual se anuncia en el desarrollo de sus versos, este trabajo poético es la muestra de su profunda admiración a la musa, con la cual unidos en un romance muy propio recorre el intrincado pero maravilloso mundo del amor, los sueños, las ilusiones; pero, no es éste un amor cualquiera, no es de aquellos que se encuentran en cualquier lugar o como quien diría que están a la vuelta de la esquina; muy por el contrario, es un amor único que, a cada momento desborda en torrentes de pasiones, siendo esta la característica que predomina en este sencillo trabajo, cuya narrativa cautiva enormemente la atención de sus lectores. 

                                           Tienes la piel morena y eres mi musa;
                                                a veces potra salvaje que pasta en mi pradera.
                                           Tienes los sueños vivos como rocío sobre la hierba, 
                                            eres una luna llena; que suspira, que pasión refleja.

 En este nuevo poemario se percibe fácilmente que el autor poco a poco va alcanzando la cima del lenguaje poético, cimentando de esta manera su propio estilo de composición, en el cual impregna los más sublimes sentimientos, logrando con gran facilidad la emergencia de hermosos versos con la más amplia libertad de poeta, irrespetando la métrica y sin preocuparse en alcanzar la perfección de la clásica rima perfeccionista, trayéndonos su mensaje de fácil entendimiento, lo cual lleva a sus composiciones a  alcanzar la aceptación de la mayoría de los lectores, estén o no preparados para recorrer los bellos senderos del mundo poético.

Del final de un abril
aún nos queda las ganas de vivir,
aún nos queda las ganas de soñar,
aún tenemos viva la esperanza
de volver a amar…
de volver a empezar

Reitero que esta composición por estar construido con la sencillez del lenguaje lo hace muy singular, y estoy seguro que gustará a una gran mayoría, por ser fácil de comprender, sin palabras rebuscadas, pero que esto no mengua de ninguna manera la calidad de los versos.

 

Luis Flores Mostacero

 

 

OPINIÓN DE UN AMIGO POETA

 

Casi como una oración, como una plegaria silenciosa en unas líneas y a gritos al viento en otras, así inicia mi amigo Percy Rojas Palomino, el caminar por el sendero de veintidós poemas, en los que, a veces con el natural rubor del enamorado, nos confiesa sus pesares y sus dudas, los recuerdos de sus alegrías, y la nostalgia o añoranza de sus penas, ternura y lamentos, risas y lágrimas, luz y sombras. Todo con un culpable, o, mejor dicho, por una culpable: Zoila, la musa de sus desvelos.

Percy nos dice en sus versos hasta dónde es capaz de rendir pleitesía al amor, un amor pensado y guardado a través de los tiempos, madurado a punta de los recuerdos de años jamás olvidados. Por eso, cuando el amor que creemos sempiterno, por esas cosas de la vida, nos golpea con la dureza de la realidad, nos lastima, nos hiere el alma, y nos hace lamentar “nunca pensé que tanto amor / de tanto amar, tanto doliera”. Así, sin culpas ni demandas; si se quiere con autocompasión, con resignación.

Los versos de “PIEL MORENA” nos introducen tan genuinamente, tan naturalmente, a una historia de amor que no suena sino a historia verdadera, como muchos la hemos vivido, y si no la hemos vivido en carne propia, al menos la hemos soñado, porque sus versos precisamente son como el amor mismo, genuinos, naturales, sencillos de aceptar, de recibir, de entender. Son versos escritos con las palabras que los seres sin ínfulas de eruditos o que no presumimos de la “grandilocuencia” que muchas veces no está al alcance o al gusto de todos los mortales, palabras que, por esa misma sencillez propia de nuestra América mestiza y diáfana, se nos hace fáciles de entender para compartir más de cerca los sentimientos del poeta.

Por eso nos sentimos quizá atrapados en la historia de Percy, por la forma con la que su pluma nos lleva por sus recuerdos y sus nostalgias, por su deseo ferviente de volver a vivir esos instantes de dicha y de pasión desbordada: Voy subiendo lentamente / tus dos montañas virginales / hasta llegar al manantial / de tus húmedos besos”, con el pesar latente, sin embargo, de quizá no vivirlos más. Tal vez por eso recuerda la promesa a la amada, tras la separación, de no volver a escribir, ni llamar, ni pensar, ni buscar…ni sentir…nada, nada. Por eso, luego de la despedida y yo, ya en camino / en silencio / tras el destino, / los poemas, / callaron…”

         La plegaria del poeta llega al clímax cuando se niega a aceptar el ruego de amor que le grita el alma, cuando el morir de amor se esconde al implorar “Dime, dime que no...”.

         Es que “PIEL MORENA” es eso, el amar y sentirse amado, con un amor paciente, maduro, amor del bueno; pero amor al que muchas veces nos negamos, por el que, de tanto amar, nos cegamos. Y por eso, por amar tanto, queremos que el ser amado sea feliz, que no sufra; y le aconsejamos que no se deje engañar “No te fíes de aquel / que, con su mirada desviste tu piel, / porque quien solo desea tu carne / poco le importa destruir tu alma…”.

      Así son los versos de Percy: transparentes, sencillos, naturales, descomplicados, sin pretensiones más allá de los sentimientos. Sí, así son, como debe ser el amor.

  

Marco Alulema Miranda
Macas – Morona Santiago – Ecuador.


 

 

POEMA I

Amada:
Que a tu creación llenaron dulzura
al ser esculpida por manos divinas,
deja que brille toda tu hermosura
y dé comienzo a una nueva vida.
 
Deja que tu risa juegue con tu canto
y que tu canto construya primaveras;
que tus labios recen un verso sacrosanto
y que amordace cual labio lo desea.
 
Deja que tu quietud abrace el silencio
y se arrulle bajo el cristal del firmamento;
que tus antojos se recreen en mis versos
cual pétalos de rosa en su filamento.
 
Amada:
Tú, que en tu corazón paz llevas,
abraza la vida ante tanta miseria
y hazla florecer cual bella primavera
y hazla florecer, amada, piel morena. 

 Azul era el telar que engalanaba
 aquel día de verso y de canto,
 tu mirada alegre y enamorada
 incitó a que yo te amara tanto…
 
¿Recuerdas cuándo a mi oído musitaste?
La musicalidad de tu voz enalteció mi alma.
Con el rocío fresco de tu alborada
mi corazón aventurero tranquilizaste.
 
Sin que nadie nos condene, los dos libres,
celebramos entre versos, la fortuna
de conocernos sin que nadie nos presente.
 
Nos miramos, una y otra vez.
Yo pensaba: quizá, ya no la vuelva a ver,
o quizá sea, la otra mitad de mi ser.

 
 
 POEMA III
 
Han pasado nueve días desde que te conocí
y el tiempo me enseñó a pensar en ti,
a dibujar tu mirada eternamente en mi memoria;
con libertad, sin prisa, por el resto de la historia.
 
“Fue un día especial, lleno de luz; mágico y de paz.
Nunca imaginé que, tan cerca andaba el amor ideal.
Ese día, todo, absolutamente todo parecía normal,
de pronto, todo cambió, …
Se acercó tocando mi hombro y, preguntó mi nombre.
Yo la miré, me puse nervioso. Era una hermosa mujer,
vi el color de sus ojos, sentí el latir de su corazón.
Sabe Dios porque razón, ese día, él hizo tanto por mí.
Entre sus dedos un lápiz se preparaba para escribir
la biografía de este humilde servidor de versos;
mas el tiempo entre los dos nos invadía con fuego;
musitaban sus labios con timidez, eran los nervios.
Saqué de mi morral uno de esos libretos
donde plasmados están algunos pasajes vividos,
se la entregué, le dije: ¡te la obsequio!.
Estaba feliz, la sentí desde ese momento.
Cada página que leía, le hacía bailar de alegría.
Se distinguía entre el público. Yo de vista, jamás la perdí.
Era mi turno, el escenario esperaba por mí
y con todo lo que pasé, ya ni sabía que decir.
En mi interior se desprendían carcajadas silenciosas.
Ella estaba en la pasarela vestida de lila, tan bella.
Sus gestos expresaban todo y, sin conocerla,
era mi mejor poesía; de la constelación, mi estrella.
 
A los pocos minutos, crucé el patio institucional
y al estar frente a ella, me dijo que encantada con los versos quedó
yo le dije, que si deseaba podría el libro autografiar…
y fue así, que, poco a poco su nombre
empecé en mi memoria a dibujar.
Algunas fotografías para el archivo se plasmaron.
Cruzamos nuestras miradas y huimos de ellas…
Quería preguntar si estaba casada,
si estaba comprometida o estaba soltera…
…Llegó la despedida.
Ella, seguiría con sus niños
mientras, yo, partiría a un lugar ausente de su perfume;
quien podría imaginar que ese día,
ese día, naciera el amor más puro y sublime…”

 
 POEMA IV
 
Te nombré mi musa de piel morena
para enaltecer tu belleza cada día,
para llenar de amor tu primavera
como lo hizo Adán, a su amada Eva.
 
Te nombré mi otra mitad, mi compañera
para amarnos sin miedo, sin cansancio;
para que juntos abrigáramos los inviernos,
para que juntos celebráramos muchos mayos.
 
Te nombré mi todo, mi constelación,
para verte siempre como una estrella;
para sentirte perfecta en mi canción
cual nota exacta que nace del corazón.
 
Te nombré mi musa, ¿Y acaso no inspiras?
¡Si al mirar la lluvia por la ventana:
tus ojos se humedecen, tu alma suspira
y tu otra mitad ansía estar en el alma mía!
 
Te nombré mi musa para toda la vida.
Quizás la vida quede corta para adorarte;
mientras tenga el privilegio de amarte,
lo haré aquí, y también en la otra vida.

 

POEMA V  
 
Las horas se hacen especiales
y en torno a ellas gira tu faz morena,
y con tu canto, hechizo de sirena,
ausentas todos mis males.
 
Quiero confesarte en este día
que, para alcanzar tus besos,
se libraron grandes batallas,
y tú mejor que nadie conoce la historia.
Quizá algún día la memoria
olvide como empezó lo nuestro;
más seguro estoy que, mis versos
nos los recordarán como si fuera ayer…
 
Cada primer día, de cada mes,
celebraremos el habernos conocido;
brindaremos con el néctar exquisito
que la vida nos otorga,
y así seguiremos nuestro camino
como dos locos enamorados
conquistando el mundo,
construyendo nuestro destino.
 
Y, cada vez que me mire en tus ojos,
confesaré con lengua extraña
lo mucho que te amo…
confesaré sin miedo y sin desdén
que un día como hoy
con el corazón me enamoré.
 
Ahora que la vida me otorga
el privilegio de amar sin medida,
dispuesto estoy a caminar junto a ti;
toma mi mano y emprendamos juntos
por las sendas que Dios nos ha preparado.

 
POEMA VI 

Ya en mis brazos y siendo amada,
juraste amarme toda la vida,
ser mía en las buenas y en malas
y envejecer siendo una sola alma.
 
De mi parte, ante la tumba de tu padre, prometí
amarte con todas mis fuerzas,
por siempre cuidarte y hacerte feliz
y disfrutar del amor y sus riquezas.
 
Y entre los deseos y promesas
primero está, llevarte de blanco al altar,
con un beso llamarte mi fiel compañera
y coronarte como la reina de nuestro hogar.
 
Batallaremos las inclemencias como todo mortal
y juntos buscaremos el camino de la perfección
como amigo tendremos al “Padre Celestial”
y a Jesucristo como nuestro espiritual asesor.

 

POEMA VII

Tienes los ojos grandes, color café;
tienes unas manos tibias y delicadas;
tienes un corazón que late de pasión
y oídos agudos al eco de mi voz.
 
Tienes cabello negro azabache
y una boquita dulce como la miel de mayo;
tienes recuerdos vivos el nueve de cada mes;
cuando piel a piel abrazamos nuestros pasos…
 
Tienes la piel morena y eres mi musa;
a veces potra salvaje que pasta en mi pradera.
Tienes los sueños vivos como rocío sobre la hierba,
eres una luna llena; que suspira, que pasión refleja.
 
Tienes un libro autografiado de un poeta,
un par de fotografías que del amor todo lo expresa.
Tienes la libertad como un himno en tu memoria
y un coro de Ángeles decorando nuestra historia.
 
Tienes la valentía de decir claras las cosas,
de descifrar códigos que ofuscan el destino.
Tienes todo aquello que el mundo lo ha perdido,
tienes tu propio universo y una luz en tu camino.
 
Tienes dos labios rojos que besan alboradas,
tienes tu libreto escrito “Enanitos y Hadas”,
tienes una canción que te recuerdan mis besos
y una melodía que acompaña la lectura de mis versos.
 
Tienes la serenidad de la mar cuando el viento se ausenta,
tienes la ternura de un niño, cuando del seno se alimenta,
tienes la ecuación perfecta como la de la flor y la fuente,
tienes la agilidad de un colibrí y de un tigre su fiereza.
 
Tienes dos ojos grandes color café;
con ellos me miras cada mañana,
con ellos me dices que me amas.

 

POEMA VIII

Si Dios hizo de ti, su sierva;
yo hice de ti, mi musa;
quizá Dios es poeta
y versando quiso
que encontraras la gloria.
 
Si Dios te hizo morena,
fue para pintarte en mi verso;
¿Será que así lo quiso
para navegar
juntos en el universo?
 
Si Dios te hizo así
a imagen y semejanza
yo cuidaré de ti
para que del amor
no se pierda la confianza.
 
Si Dios te hizo mujer,
yo te hice mi amada;
Él quiere que tu amanecer
tenga un nuevo ser
que predique su palabra.

 

POEMA IX

A mitad de la noche, sin importar el frío viento…
Y después de cruzar las farolas que iluminan tu aposento…
con un toque moderado al madero, al alma tuya despierto;
despierto a tu cuerpo y a cada uno de tus sentimientos
para atendernos, para mirarnos, para querernos
para sentirnos, para abrigarnos, para amarnos
para que con un beso navegáramos en el universo
y con otro, imprimáramos nuestros versos…
 
A mitad de la noche, sin importar el cansancio…
y después de cruzar calzadas contando mis pasos…
con solo pensarte acudes a mi llamado con los pies descalzos;
con el alma libre, con tu perfume a jazmines
con tu silueta perfecta, con tu piel morena,
con tus manos cálidas, con tus besos, con tus gestos
con el perfecto acento cuando en voz baja
acercándote a mi oído, dices lo mucho que me amas…
 
A mitad de la noche, sin importar los peligros…
Y después de pedir a Dios cuidar de mi camino…
Con un silbido al viento, y como si fuera nuestro destino
frente a frente con las almas desnudas, nos palpamos
frente a frente nuestros secretos nos confesamos
frente a frente en nuestras pupilas nos dibujamos
frente a frente de la mano nos tomamos y salimos…
y bajo el éter, mirando la luna, amor eterno nos juramos.

 

POEMA X

 ...y como cada atardecer
soñarás en el Pacífico horizonte
donde nuestros besos presagiaron el destino
donde nuestras manos tejieron nuestros nombres.
Soñarás cada instante vivido
dibujarás el respirar de este hombre
y yo, dibujaré la curva excitante de tu sonrisa...
...y como cada atardecer
volverás a soñar, volverás a sentir.
Quizás veas mi rostro en cada esquina
y yo vea el tuyo en una taza de café.
Quizás las esperanzas de amarte se agiganten o fenezcan
quizás exista un día para amarnos sin esperas...
Quizá, en tus ojos me vuelva a ver
como aquella tarde de primavera.
 
POEMA XI
 
Es bella, ¿verdad?
Dios mío, si tú fueras hombre,
también te enamorarías de ella...
la escribirías muchos poemas
y la cantarías bajo la luz de las estrellas...
Pero aquí, en esta fértil tierra,
yo la amo, yo la sufro;
nunca pensé que, tanto amor
de tanto amar, tanto doliera.
 
 
CUANDO LA FELICIDAD SE PINTA DE GRIS
 
La felicidad se pinta de gris
cuando una mirada se pierde en el espacio,
una palabra se queda en silencio
y un beso se muestra embustero,
 
cuando los gestos son extraños,
y la sonrisa es un desatino,
y los te amo, a pesar de los años
se alejan del camino…
 
La felicidad se pinta de gris
cuando de la paleta se pierde el matiz…
cuando difícil se hace pronunciar
lo poco que queda del verbo amar.
 
La felicidad se pinta de gris
si al despertar, ausente está el sol,
desiertos los bosques de abril,
oscuros los ríos y el mar…
 
la felicidad se pinta de gris;
mas si tú la prefieres primaveral
yo te invito a colorearla
como el día en el que te conocí.
 
 
CARTA A MI AMADA
 
 
Amada Zoila:
Escribo desde el lugar que guarda nuestros nombres
también un par de canciones y unos cuantos poemas…
Escribo con tanta prisa y, quizás usted se asombre;
pero, es la única forma de comprender nuestros problemas.
 
Disculpe usted, si esta misiva le llega de sorpresa,
en realidad, no quise molestar su tranquilidad de dama;
pues papel y lápiz estaban sobre la mesa
y versando quise tranquilizar su alma.
 
Y si acaso, mis palabras lastiman más la herida
perdóneme, no fue mi intención, con sinceridad le pedido.
Bien sabe usted que en esa despedida
lloró una reina y sangró un hombre…
 
Quizás, la correspondencia respuestas no encuentre,
porque una lágrima opacó su visibilidad de aurora.
Créame usted, que, si tengo que batirme con la muerte, lo haré
con tal que, el sol brille e ilumine lo que en su interior atesora.
 
Perdóneme por todo aquello que provocó amargura
que, sin intención alguna, desgarró su alma,
quizá sea un mal hechizo que produce la locura
condenando a nuestro amor a no encontrar calma.
 
Ahora que estamos frente a frente tiritamos
como si un fuerte invierno nuestros cuerpos congelara;
quizás sin darnos cuenta esa fuerza sobre humana
poco a poco nos está arrebatando lo que más se ama.
 
Amada Zoila: dígame usted si aun en su corazón siente,
lo que siento yo; para dar espera…
Si aun en su pensamiento estoy presente;
para dibujarla, como la vez primera…
 
Dígame usted, si en un suspiro soy yo quien se recrea,
quien se agudiza en su interior de reina…
Dígame, porque es importante para desterrar agravios,
aquellos que nos hicieron, por mucho tiempo, tanto daño.
 
Y si no hay nada que de mi la incomode,
entonces: ¿por qué nos enjugamos al olvido?
¿No cree usted, que es más fuerte el amor que los dos sentimos
y que está por sobre cualquier mal intencionado?
 
Entonces, ¿por qué tanto martirio?
¡Si usted, mi amada, de mil formas me ha amado;
tanto así, que cada uno de sus dulces besos
en versos se han inmortalizado…!
 
Entonces, si el amor es libertad y no está condicionado
sigamos enamorados escribiendo nuestra historia.
Dios y el tiempo serán nuestros mejores aliados
y este libreto por siempre nos refrescará la memoria.
 
POESÍA DEL FINAL DE UN ABRIL
 
Pasarán los días,
mas mi poesía
rezará el final de un abril:
con aguacero torrente,
con vientos turbulentos,
con luces neblineadas,
con cantos desgarrados,
con rosas deshojadas…
Contigo y sin ti,
sin ti y sin nada.
 
Del final de un abril:
se escuchará en silencio,
el gemido del desprecio;
se sentirá el frío viento,
congelarnos por dentro;
se verán las hojas secas,
arrastrarse por el suelo
y yo estaré allí
de sed y sin sueños.
 
Sed de ti,
de tu exquisito néctar
que nace en la cordillera
de tu sonrisa…
sed de ti, de tu despertar,
de tu anochecer
de tu mirar,
de cada atardecer…
 
Del final de un abril:
aún quedan las ganas
de un saludo jadeante,
que por ser más que tu amigo
o tu amante,
fui tu trovador errante
que, te amó
sin tiempo, sin espacio
sin límites, sin desdén.
 
Del final de un abril
aún queda una excusa;
¡será la más loable!
bien lo sabes,
por ser mi musa…
bien lo sabes;
por ser tú
fiel compañera,
amante eterna.
 
Del final de un abril:
despertaremos distantes
como veleros
que, el belicoso viento
separó por diferentes mares…
despertaremos
sin “primeros”, sin regalarnos
esos mil “te amo”.
 
Del final de un abril:
hagamos que los prejuicios,
no sean cruel castigo
al amor que nos dimos…
hagamos que el infinito,
cure todas las penas
y que, el amor prosiga
como la sangre por las venas.
 
Del final de un abril:
preciso instante para dibujar
tu sonrisa auroral,
tal como lo hice
aquel día primaveral;
tal como lo hice
sin saber colorear…
aun así, en mí
pintada estás.
 
Del final de un abril
aún nos queda las ganas de vivir,
aún nos queda las ganas de soñar,
aún tenemos viva la esperanza
de volver a amar…
de volver a empezar
y quizá en otros brazos
y en otro respirar
como cometa
que eleva el viento
maximizar nuestra libertad.
 
Del final de un abril:
Aún se oye el cantar,
ese suave musitar
que habla de ti y de mí…
De tus besos
su dulzura, aún saben
a miel.
De tu mirada
su paz, su alegría
se pierde en el vergel.
 
Del final de un abril:
si hablar o callar
si quedarme o partir…
si escuchar o refutar
si besar o abrazar…
si sentir o acariciar.
Sin ti, sin mí
así, tan fríos, perdidos,
sin saber
el amor a donde va.
 
Se termina la escena,
la lluvia otra vez
invade nuestros espacios;
aquellos que nos recuerdan
el final de un abril,
el inicio de un mayo
quien sabe, un nuevo despertar;
quien sabe, quizá
riéndonos, amándonos…
diciéndonos: ¿a dónde vamos?...
 
 
EL OCASO DE UN POEMA
 
 
I
Voy subiendo lentamente
tus dos montañas virginales
hasta llegar al manantial
de tus húmedos besos,
aplacaré mi sed y seguiré...
y en la cima de tu cordillera
miraré con los ojos de mi alma
lo que la humanidad de ti proclama…
 
II
Más allá, detrás de las montañas,
en la jalca solitaria
se ancla mi pequeña cabaña,
aislada de ti, 
aislada del recuerdo...
Sobreviviendo al invierno,
amalgamando deseos,
curando el alma,
acariciando el cielo,
escribiendo
los últimos versos.
En este suelo serrano sembraré
aquello que no pudo crecer
en la costa de tus pacíficos besos…
 
 
III
 Acompañando mi soledad
va tu sonrisa auroral…
No es fácil despertar septiembres
sí ausente tu mirada está.
 
IV
 Y yo te busco en este suelo serrano
porque aún parte de mí, te busca;
sin importar tiempos,
sin importar prejuicios,
olvidando los crudos momentos
y altivando la dulzura de un beso.
                                  
V
Esta noche es fúnebre,
es doliente, es sangrante.
Sepultarán en el féretro madero
versos que nunca nacieron.
En silencio quedarán
los hijos abortados de un poema
que concebir no pudo la vida.
 
 
EN AGOSTO
 
En la despedida, nuestras pupilas
se ahogaron en su llanto…
me pediste que no te escriba,
que no te llame,
que no te piense,
que no te busque,
que no te sienta;
que no intente nada, nada…
me pediste que calle ante cualquier pregunta,
que no conteste, que cambie de tema,
que invente cualquier cosa,
y ante tanta insistencia
que hable de algún poema,
o de alguna telenovela,
o de las noticias del día,
o de la luna llena…
 
Me pediste que camine por otras veredas,
que no tengan nuestras huellas,
que no nos recuerden las primaveras,
que no nos condenen,
que no nos acusen,
que no nos aplaudan,
que no nos recuerden nuestras palabras …
me pediste que no me detenga cerca a tu casa
que camine de frente sin voltear la mirada,
que me guarde el suspiro
que llevo en el pecho,
que me guarde los versos
de aquellas mañanas,
 
 
más nunca que olvide
aquellos besos
que sellaron de amor
a nuestras almas.
 
Me pediste que mire las estrellas,
que me enamore de ellas,
que siga su brillo;
que escriba cual poeta
perdido en el espacio;
más yo, enamorado
de la luna llena,
trovador perdido en la dulce miel
de sus labios…
 
Me pediste silencio,
porque solo así nos escuchamos,
porque solo así nos entendemos,
porque solo así podremos encontrarnos
un primero de septiembre, para celebrar
nuestro segundo aniversario…
y en ese silencio, habló tu mirada,
y tus labios enmudecieron junto a los míos…
eran tus labios los que callaron,
eran mis besos los que callaron…
tus manos, callaron…
tus ojos, callaron…
y yo, ya en camino
en silencio
tras el destino,
los poemas,
callaron…
 
CANCIÓN DE UN ADIÓS
 
Ahora que la vida nos vuelve a presentar,
ahora que tenemos la oportunidad;
hablemos de una vez si te quedas o te vas
pero, al menos dime algo que me haga esperar…
 
Tenemos el derecho de volver a ser felices,
la libertad de amar aquí o más allá;
todo dependerá si te quedas o te vas
pero, al menos dime algo en qué pensar…
o para no sufrir, ¡dime que no!
 
Dime, dime que no,
para despojar los besos
que impregnaste en mi piel;
dime, dime que no,
para extirpar los sueños
esos que soñamos los dos.
 
Ahora que la vida nos castiga por renunciar
al hermoso regalo de Dios que es el de amar
difícil será volver de nuevo a empezar
pero al menos intentemos despedirnos sin odiar…
 
Tenemos tantas ganas de besarnos sin parar,
de abrazarnos y profundamente los dos soñar;
todo dependerá si te quedas o te vas;
pero, al menos sabremos si debemos continuar…
o para no sufrir, ¡dime que no!
 
Dime, dime que no,
para despojar los besos
que impregnaste en mi piel;
dime, dime que no,
para extirpar los sueños
esos que soñamos los dos
 
Dime, ¿Qué puedo hacer
para proseguir sin lastimarte?
¡No!, no resistiré,
a tan cruel desastre…
 
Dime, dime que no,
para detener las lágrimas
y que no surquen la piel;
dime, dime que no,
para despedirnos
y que hoy se sentencie el adiós.
Se sentencie el adiós,
por el bien de los dos.
 
 
UN VIAJE SIN LLEGADA
 
Mañana, cuando pases por mis dominios,
el automóvil se detendrá frente a mi ventana,
para que dejes tu último suspiro
y, recuerdes los mejores momentos vividos;
un nudo se te hará en la garganta
un fluido de nervios recorrerá tu cuerpo
y fuerte viento congelado
caerá sobre tus óseos;
será doliente ese instante,
mas tú, cerrarás los ojos
para evitar las lágrimas
y para que nadie se entere
que por mí has llorado.
Quien viaje a tu lado, ni cuenta se dará.
Y si empieza a sospechar
dile que es alergia al frío viento
y que poca costumbre tienes para viajar.
 
Mañana, irás en libertad, muy lejos…
y yo, te veré pasar, como pasan las horas y el viento
desde mi ventana, desanclaré un suspiro;
y muchos recuerdos tuyos intentarán escalfar
la fría habitación que dejaste un día como ayer…
 
Es verdad que me amaste tanto como yo te amé;
y es verdad, y no lo niego, y de hacerlo
seguro que moriría igual que él…
 
Él, que es el tiempo, y que lo sabe todo;
entre las cosas buenas y las cosas malas,
duele más ver sufrir al tiempo,
que, a todo ese tiempo que sufrí por ti.
 
Y así, te alejarás poco a poco de mí.
El tiempo te amará, te sufrirá, te llorará; igual que yo.
Te escribirá poesía, quizás, mejor que la mía;
pero el mismo tiempo te hará recordar
que la felicidad que te di, dos veces, no se da.
 
MUSA
 
Y ya, en mi aposento,
empezaré otra vez a escribir,
serán nuevos versos
que hablen de ti y de mí,
pero hablarán más de ti
porque tú, mi musa,
estás danzando en mi memoria…
Eres como el viento de enero
que hace navegar mi velero,
eres primaveral mariposa,
que alborota todo el rosal,
Eres como lluvia de marzo
que endulza mi mar…
 
 
A TU AUSENCIA
 
Te escribo amada mía, esta noche,
y triste, te preguntarás, ¿por qué lo hice?,
sabes bien que no hay ningún reproche
pues todo tu ser, sabe cuánto te quise.
 
Te escribo para acompañar tu dolencia,
porque sé, lo que hoy entristece tu alma;
sé que estás llorando por la ausencia,
del ser que, en vida, te dio calma…
 
Deja que te abrace a través de mi pensamiento
que seque tus lágrimas, que calme tu sollozo;
deja que cuide por un instante en tu aposento
al amor, aquello que pudo ser tan hermoso.
 
¿Sabes?, yo nunca quise que lo nuestro feneciera
y menos que se escriba como un cruel poema.
Llego a ti esta noche como la vez primera,
desterrando dolencias, ahuyentando problemas…
 
¡No!, no discutamos temas del pasado, ¡olvídalo!
yo solo quiero ver tu sonrisa y aplacar tu llanto,
mirarme en tus ojos bellos, volcar unos cuantos versos
y luego despedirnos, aunque por amarnos duela tanto…
 
 
A TI
 
Algún día me preguntarás, ¿Por qué tanto esperé?
a ti no responderé como a mis amigos en son de broma
o disimularé no haber oído como lo hice con mis padres
no, no cambiaré de tema y menos los planes…
a ti te hablaré con claro lenguaje
que solo leer, el corazón, sabe.
 
No sientas desamor en ningún momento;
no des explicación al mundo vacío y mísero;
no desgastes tu vida, ni desperdicies tu tiempo;
no vayas por el mundo sin ningún motivo
lleva un sueño siempre contigo;
no seas como yo, un simple poeta,
sé tú, el mejor poema y que el mundo declame;
porque sabes, hombres como yo,
pasamos rápidamente por esta vida
dejando huellas ligeras que el viento las borra;
más si tú eres poesía, perpetua vivirás en la memoria.
 
Pero, ¿por qué esperé tanto?
La verdad es que, anduve por la vida buscando aromas
en jardines despoblados y floridos
que, solo el tiempo sabe el porqué de su estado…
pero de esas cosas, cuando tengas mi edad
podrás entender con mayor claridad…
ya conocerás rosas en los rosales de mayo
o quizás claveles en todo el año…
ya sabrás diferenciar la esencia de un beso
y cuando alguien te diga: te amo.
 
Pero, ¿por qué esperé tanto?;
Sabes, en un tiempo no muy lejano lo intentamos
y fue mi inmadurez la que puso fin a tal evento;
y seguí por la vida en busca de un nuevo encuentro
y, cuando creí que, por fin se daría todo,
se volvió a tornar doloso, tan doloso que en tal decisión
mi alma en andrajos quedó.
No sabes cuánto duele saber que llegarías a ver el sol
y yo, sin siquiera poderte contemplar en alguna estación.
No sabes cuánto duele saber que sonreirías con el alba
y yo, sin siquiera poder descifrar lo que siente tu alma.
 
A ti, que la vida te espera con tanto fervor
no dejaré que nada, ni nadie te lastime;
en cada despertar sonreiremos juntos;
aplaudiremos los primeros cánticos del día;
caminaremos tomados de la mano,
y juntos descubriremos lo que es la vida;
porqué sabes, un pedazo mío, aun juega a ser quien soy,
y es por eso, que juntos jugaremos
el maravilloso juego, de un verdadero amor…
 
 
NO TE FÍES
 
No te fíes de nadie…
Las lecciones aprendidas
no necesitan anaqueles,
sino un espacio en la conciencia
que responda al grito desagarrado
que emana de la garganta
cancerígena de la humanidad.
 
No te fíes de aquel
que, ante tu sed, te ilusiona
con ríos cristalinos
que son sino un espejismo
que cautivan sedientas almas.
 
No te fíes de aquel
que, sabiendo que amas a alguien
insiste en comparar ese amor
con su experiencia novel;
de convencerte
habrá conocido tu lado frágil
y con facilidad
cortará tus alas, te enjaulará
y entonces, jamás podrás hacer
el vuelo de libertad…
 
No te fíes de aquel
que conociendo tus confusiones
se muestre héroe de tus pasiones…
muchas veces la soledad y sus dolencias
asesoran debilidades temporales
que después de haberlas impregnado en el alma
sangran tanto que
ni el paso del tiempo podrán curarlas
 
No te fíes de aquel
que, con su mirada desviste tu piel,
porque quien solo desea tu carne
poco le importa destruir tu alma…
poco le importa si tu corazón late después…
 
No te fíes de mí
cuando con un verso intento conquistarte
solo algo mío puedes creer
y es, cuando digo que te amo…
sé que nací para eternamente amarte…
y eso, solo Dios lo sabe.


                                                                          FIN 


1 comentario:

Luz lop dijo...

Gracias por esos sentires tan sensibles, sencillos y por seguir recreando las palabras, el alma...gracias, gracias